Nacida en la isla de Puerto Rico, me enamoré de la danza cuando tenía 5 años de edad.
En una actividad de la escuela pude observar a una niña bailar...Enseguida supe que eso era lo que yo quería hacer. El único problema era que mis padres no tenían los recursos económicos suficientes para pagar por clases de danza.
Sin embargo, eso no fue impedimento para perseguir mis sueños. Participé y me involucré en todas las actividades escolares relacionadas con danza. Aprendí bailes típicos de mi país, como lo son la plena y la danza puertorriqueña.
Más tarde comencé a bailar con un grupo de amigos y a competir en varios "talent shows". Luego de varios años, el grupo se separó. No fue hasta que cumplí los 18 años, que tuve la oportunidad de tomar clases en una academia profesional. Una amiga me contactó y me dijo que en una academia de danza (jazz) cercana a su casa estaban audicionando bailarinas para una compañía de baile y ofrecían una beca para las clases de danza. Afortunadamente, mi amiga y yo pasamos la audición y se nos otorgaron la beca.
Luego de varios años, entre el trabajo y la universidad, no me quedó mucho tiempo para bailar.
Siempre recuerdo cuando estaba en la universidad, haber visto un anuncio para la matrícula de clases de la danza del vientre. Me llamo mucho la atención, y aunque mi horario no me lo permitía, fue una las metas que me propuse: Tomar clases de la danza del vientre.
En el 2002, dejé mi isla y me mudé a los Estados Unidos (Orlando,Fl.). El adaptarme, aprender el idioma y establecerme, tomó tiempo. Cada vez que intentaba tomar clases de danza, algo se interponía en mi camino.
A finales del 2005, en mi lista de resolucines para fin de año, se encontraba porsupuesto, tomar clases de la danza del vientre. Lo que no sabía era como conseguir a una buena instructora. Al otro día, al leer el periódico hispano, había un artículo sobre las resoluciones de año escrito por una bailarina y profesora de la danza del vientre. En el mismo mencionaba que iba a otorgar unas becas de danza. Para esto se debía escribir un ensayo explicando el porqué piensas que mereces una beca y luego le seguía una audición. No perdí tiempo y enseguida llamé para presentar una audición.
Afortunamente, pasé la audición y el ensayo escrito. Se me otorgó una beca que incluía dos clases por semana de dos horas cada una. Una clase era de introducción a la danza del vientre y la otra era una clase más avanzada donde se aprendían las coreografías para presentaciones especiales y otras actividades.
Dos semanas luego de haber comenzado lasa clases, participé en la primera actividad: " Festival árabe". Fue entonces que descubrí mi pasión por esta danza.
Me gustaría que dejaran sus comentarios y me contarán sobre cómo se enamoraron de la danza del vientre.
